jueves, noviembre 30 2023

ALUCINACIONES by Scarlet Cabrera

La única soledad que me respira
es tu piel alada

Desde el alumbramiento del claustro. El tiempo deambula vestido de arlequín. Algunas horas simplemente se deshacen, otras observan. El fuego de los ojos se adhiere a la ventana enredándose ansioso al pistilo de la primavera.

El patíbulo que ha cernido el bombardeo noticioso desde el comienzo del cautiverio, ha dejado un reguero de piezas sueltas. Recientemente me he impuesto una disciplina y allí, solo dedico una hora para “informarme” porque aceptar sumisamente la explosión informativa no es la mejor manera que ideado para transitar mi cuarentena; tampoco se trata de andar a ciegas. Únicamente estoy intentando encontrar un punto medio confiada en que mi álter ego hará la magia de discernir que sí y que no dentro del agua turbia.

¡Cae la noche! Su inmensidad se cierne con un signo de interrogación bañando de silencios al pre insomnio de la ciudad.  Los pensamientos vagan entre las sombras activando desde lo más profundo mecanismos de defensa para vencer a la estirada madrugada que se avecina. Nunca antes se había suscitado un encarcelamiento colectivo y de pronto, sentirse atrapado comienza a supurar una extraña efervescencia en el núcleo de la soledad dividiéndola en dos vertientes, una hiere, la otra es sublime e inspira.

Acogiéndome a la que inspira, recuerdo una de mis citas favoritas de Sartre “Si te sientes solo cuando estás solo, entonces estás en mala compañía”. Sonrío.

Ahora que escribo vienen a mí extractos de lo leído, son alucinaciones desordenadas sin fecha de caducidad. Me queda la apuñalada verdad de comprobar que la crisis planetaria ha sacado lo más siniestro del cosmos ejerciéndolo en las acciones  de muchos de los políticos y en las renombradas Organizaciones internacionales; bueno, no es ninguna novedad, Mafalda “La iluminada” lo sabía… “¡Paren al mundo que me quiero bajar!”

La realidad conocida hasta hace nada simplemente estalló creado un puzzle de figuras surrealistas y por si fuese poco, se insiste en sembrar a la irracionalidad como norte, veneno como alimento, creando un sin fin de barbaridades que por inmensas, enmarañan aún más lo que ya está bien complicado.

Está naciendo una raza de nuevos Dioses.

El COVID-19 es la sustancia que ha puesto a la humanidad de rodillas pero si a esa coyuntura se agrega la participación deshumanizada como respuesta al caos, el resultado es una sociedad globalizada exprimiendo como de costumbre a los más débiles y no me refiero únicamente a las personas, muchas ya lamentablemente muertas, otras enfermas, contagiándose. La cuestión es que las ramificaciones de la hecatombe enredan no solo a los seres sino también a los «países mercado» transfusión constante para el enriquecimiento de las potencias. 

Resulta que aquellas ideas fascistas que tanto repudio generaron luego de la Segunda Guerra, en esta Tercera ya instaurada ejecutándose desde la naturaleza y su proceso de selección natural (igualmente válida para los micro organismos) el ser humano genérico en su carácter de animal bípedo está demostrando que la solidaridad no es precisamente su pilar más fuerte.

Los avances científicos han elevado la esperanza de vida y esa consecuencia es obvio que incida en consolidar una significativa presencia de personas mayores en la sociedad, ahora…

¿Para qué?

Los ancianos son los más vulnerables ante el coronavirus y la población con menos probabilidades de sobrevivirlo, no solo les está tocando lo peor en carne viva, además, deben tragarse la cicuta depresiva al ver como son considerados «ciudadanos de tercera» o de cuarta o de…

Países como Bélgica y Holanda han decidido darle un «empujoncito» con pase directo y más rápido al cementerio.

Se ha considerado, por ejemplo, que los mayores son una especie de desecho «casi  muerto» y por lo tanto, no merecen tratamiento hospitalario porque después de todo ¿Para qué desperdiciar una cama y medicamentos en esos pre cadáveres? Claro, como siempre, habrá ancianos más iguales que otros quienes sí recibirán todos los medicamentos, atenciones y beneficios al pertenecer al grupo encanecido de los privilegiados. 

La crisis ha destapado a su Caja de pandora pero en la versión siglo XXI, la esperanza ha sido lo primero que ha escapado cuando la sorpresa de la epidemia destapó el cofre del horror.

Otra primicia acentuada al máximo, es la arrogancia. Un ejemplo ha sido la genial idea del Primer Ministro británico quien inicialmente propuso dejar al virus de su cuenta con el fin de que los súbditos de la Corona generaran defensas, presumiendo que al aparecer, los ingleses tienen un sistema inmunológico distinto al promedio y se llenarían de anticuerpos a pasos agigantados;  hecho que por cierto se ha derrumbado porque hasta los elegidos de «sangre azul» no consiguieron pasar la excelsa prueba de superioridad inmunológica. Actualmente,  Boris Johnson, el mismo nuevo Dios que asumió que el COVID-19 versus los poros abiertos se comportarían según sus predicciones,  se encuentra en cuidados intensivos a propósito de la enfermedad. Dice mi madre “La lengua es el castigo del cuerpo”.

Los nuevos Dioses presumen la potestad de escoger, determinar, acondicionar, deliro aspirando moldear al conjunto social y natural acorde a sus designios. Deciden a quién se ayuda y a quiénes no, quién debe morir, quién habrá de salvarse. Países como Italia y España entre los europeos, están sumergidos en una mortandad profunda y dolorosa, Italia, fue abandonada y quedó como una isla dentro de la UE. Resulta que tuvo que viajar a la legendaria Ruta de la Seda a fin de abastecerse de equipos que no pudo obtener en su unión de papel con la UE.

Uno de los pocos países poderosos que ha intentado comportarse a la altura ha sido Francia. Ha abogado por darle respiración artificial a una Unión Europea en pesadilla aportando propuestas en este momento tan crucial para que no se deshaga lo que tanto ha costado esculpir; además, las leyes promulgadas para sus ciudadanos fueron las primeras en dar el ejemplo que casi nadie siguió.

Las lícitas exigencias de los países liderados por Italia y España han chocado con la puerta cerrada de Alemania y Holanda, por cierto, el Primer ministro portugués, António Costa, señaló la posición  holandesa de «repugnante».

La cuestión al parecer es que la UE «funcionaba» solo si todo marchaba sin trabas inminentes animando a que las naciones fungieran como mercados para productos con preferencias arancelarias pero en este hoy ahorcado y en terapia intensiva, ya no luce tan interesante cuando el mercado es solo un espejismo enfermo, paralizado y por mucho tiempo atosigado por los destrozos que dejará la pandemia, alucinación que ha tendido infinitas incógnitas para evaluar a futuro. Se exporta selectivamente, no lo que se pide porque se necesita para salvar vidas.

Los nuevos Dioses se han quitado el antifaz. Lucen sin vergüenza ninguna el sótano donde ocultaban su verdadera identidad y les resulta indiferente ver desangrarse a sus otrora compañeros. Los dejan fenecer mientras siguen idolatrándose a sí mismos en el templo más denigrante de la alienación absoluta.

…todavía, apenas, en el ojo del huracán. Las naciones poderosas aprovechando el desliz para jugar al Jaque mate en pleno remolino. Estados Unidos recordando sus tiempos del Lejano Oeste poniéndole precio a la cabeza de Maduro, cráneo vacío que me es tan despreciable; no obstante, eso de colocarle dólares a su captura es una maniobra cuyo fin no es defender a la democracia porque lo único que le interesa de Venezuela es el petróleo aunque sé que la patria de Bolívar, la mía también, en este presente está en la ruina con un subsuelo tan codiciado a causa de Maduro y sus delincuentes disfrazados de izquierda pero con tantas vacaciones en Disney World. La cúpula corrupta ha sido vista, fotografiada, comprando lujos en las principales capitales de Europa y del mundo y por supuesto, en sus odiados Estado Unidos. Hablando sandeces e idolatrando al capitalismo. Hay Dioses para todos los gustos.

Para completar el panorama de la ironía, acabo de leer estos titulares “La ONU suspende el despliegue y rotación de sus tropas de mantenimiento de la paz en todo el mundo debido a la pandemia de coronavirus” ¿En serio?

¡Ya amaneció! El alba se expande con sus labios cristalinos.

Me asomo al balcón…

El cielo Madrid sigue siendo un poema.

Cuando vuelva a verte
mis ojos ya no serán los mismos.
No te sorprendas si los hallas
tan llenos de exilio
habrán bebido del sin fin
del cautiverio
y como pájaros del ostracismo
no sabrán qué hacer.

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