
Con su esplendor de juventud, corría descalza entre las amapolas.
Dentro, en la casa, su padre atendía la visita de su socio y de su joven hijo.
Después de almorzar en el jardín, los jóvenes se alejaron, se refugiaron del calor en una alcoba con vaporosas cortinas, reían, se miraban y, por impulso, él acaricio la cara de la bella muchacha; despacio, pasó el dedo índice por el borde de sus labios, la joven sintió el ascenso de temperatura…
Ardientes de deseo, jugaron explorando sus cuerpos hasta quedar plenamente satisfechos.
Imagen tomada de Pinterest
1 Comments
muito bonito, suave