domingo, diciembre 3 2023

EL MOSQUITO – by Q. Molina

Estío ardiente como aliento de dragones

Cien  espadas de fuego clavan el sol en la espalda

Tengu se baña desnudo en el río

Libélulas rojas planean sobre el agua

Cánticos de mil chicharras perforan los oídos

La piel cubierta de perlas transparentes brilla

Las gotas se deslizan por las joyas sagradas

Caen al suelo y estallan dejando un anillo oscuro

Un mosquito silencioso ataca cruelmente

Clava su katana en las blandas bolas de jade

Tengu siente la punzada ardiente

Veloz toma la sandalia de madera

Se prepara al ataque, observa al enemigo

Y recuerda el consejo de su maestro:

“La vida te enseña que muchos conflictos

Es mejor resolverlos sin utilizar la violencia”

Sabe que negociar con el rival  beneficia a ambos

Sonríe y pacientemente espera que acabe

El mosquito apenas puede alzar el vuelo

Tras el copioso festín

Se tambalea errático en el aire

Revolotea luchando contra la gravedad

Se posa sobre una roca.

La zapatilla desciende implacable

El insecto estalla como una uva aplastada.

 

Tengu camina orgulloso  por las calles de Nagano. El rival alado cumplió su parte del trato. Sus atributos viriles crecieron considerablemente en tamaño.

Al conocerse tales proporciones íntimas se encendieron fuegos en las miradas de deseo de muchas mujeres y fue solicitado desde aquel momento, día tras día, noche tras noche, en discretos encuentros.

Su vida no sería distinta en un paraíso, estaba viviendo un sueño hecho realidad…la magia onírica  se convirtió en pesadilla recurrente, en la cual soñaba que era un mosquito sediento de sangre. Encontraba a un humano bañándose en el río, había algo familiar en sus facciones pero no podía recordar. Lo consumía la sed, el hambre y  tenía la bebida más nutritiva,  toda la que quería a su disposición con la seguridad de que no iba a sufrir daño alguno mientras se abandonaba y la consumía golosamente. Tenían un trato, pero no podía recordar. Tomó tanta roja ambrosía que llegó el momento en el cual en su cuerpo había más sangre acumulada del otro organismo que suya…El ya no era un mosquito, tenía la certeza. Pero entonces ¿qué era?

La revelación llegó envuelta en sonido de truenos: ¡Era un hombre! prisionero dentro de aquel cuerpo de insecto. Se sentó sobre una roca,  entonces vio descender su sandalia. Y se convirtió en el doloroso y mortal chasquido de una uva aplastada.

1 Comment

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  1. 1
    Miriam Costa

    Las gotas se deslizan por las joyas sagradas
    Caen al suelo y estallan dejando un anillo oscuro
    Un mosquito silencioso ataca cruelmente
    Clava su katana en las blandas bolas de jade
    Tengu siente la punzada ardiente
    Veloz toma la sandalia de madera
    Se prepara al ataque, observa al enemigo
    Y recuerda el consejo de su maestro:
    “La vida te enseña que muchos conflictos
    Es mejor resolverlos sin utilizar la violencia”

    ESSA É MINHA PARTE FAVORITA. HAHAHAHAHAH MUITO BOM

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