De la serie: PORTUGAL SEDUCE.
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En la cercana villa portuguesa de Monçao, perteneciente al distrito de Viana Do Castelo, se encuentran las termas descritas por el padre Carvalho Da Costa allá por 1706 en su “Corografía portuguesa". Se refiere a ellas como manantiales de aguas calientes a orillas del río Miño, donde se lava la ropa y unos pocos las utilizan para bañarse sabiendo ya de sus propiedades medicinales.
Años más tarde, en 1726, el doctor Francisco Da Fonseca Henriques en su “ Aquilegio medicinal" (primer inventario de hidrología portuguesa donde se da cuenta de las caldas, fuentes, ríos, y lagunas del reino de Portugal y los Algarves) escribe que las aguas calientes surgidas de los manantiales y los lodos de la margen del Miño, cuando este crece, resultan de gran utilidad para curar reumatismo, gota, lesiones de nervios y parálisis. También apunta que en esta época ya existía un tanque de piedra con escaleras por todos sus lados para que los bañistas accediesen cómodamente a tomar los baños.
No será hasta el año 1801 cuando se construya el primer balneario, bautizado como Terma Da Pedra, gracias a la aportación de 100 reis que el vizconde Da Silveira donó en gratitud por la mejoría experimentada en su salud al bañarse en los diferentes manantiales de los que surgían las aguas termales.
Cada manantial tuvo su nombre y su tanque de piedra; los más apreciados gozaron de edificación propia, como el manantial llamado de “San Lázaro" -que ordenó construir el cónsul de Inglaterra en Viana do Castelo, Ricardo Alem, en ese mismo año-. El “Banho fresco” o “Banho dos Bateis” -junto al manantial de San Bento-, al igual que el manantial de “Santa María dos Anjos”, constaron solamente de tanques de piedra.
El balneario pasó de ser un lugar reducido y con poca luz a mejorar notablemente con nuevas instalaciones y acceso a los distintos manantiales en 1911. A lo largo del siglo XX continuó su periplo con sucesivas reformas acordes a los tiempos y necesidades, hasta el año 1995 que, debido a la autarquía, cesa su actividad termal. Ese mismo año avanzan los trabajos para construir un balneario nuevo a escasos metros del anterior. Fue inaugurado en el año 2001 por el presidente de la República, Jorge Sampaio, y desde el 2008 es gestionado por la empresa Tesal, dirigida por el doctor Tomás Ares Güimil, especialista en hidrología médica y gestión de empresas, director asimismo del balneario de la Toja durante veinte años.
Si viajan a Portugal no dejen de visitar las termas de Monçao. Sus instalaciones modernas y apetecibles no les dejarán indiferentes. Son maravillosas para disfrutar de sus aguas termales y sorprenden por los módicos precios del circuito termal. Una jornada lluviosa puede ser aprovechada de manera insólita si se encuentran de viaje por las Rías Bajas, ya que la frontera se encuentra en la localidad gallega de Salvaterra do Miño. Unos pocos kilómetros que merece mucho la pena traspasar para gozar del encanto decadente de la estación de tren de Monçao, de su muralla, y de su gastronomía, así como de la visita al Palacio de Brejoeira, situado a cinco kilómetros de Monçao, en cuyos terrenos se cultiva el suculento vino Alvarinho y es uno de los palacios más hermosos y especiales de Portugal.
Nuria Viuda para Masticadores de letras España