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COJONES ERGO SUM by Jorge Castillo

Imagen facilitada por el autor

Cierta mañana en que el espectro de Descartes se levantó especialmente carnal

dijo muy digno aquello de:

―“Pienso luego existo.”

El cabo de la Guardia Espiritual al oír tamaño atrevimiento se levantó ante los demás espectros y con contundencia exclamó:

―¡Sin mi autorización, aquí no existe ni Dios!

Y el espectro de Descartes, cortado, se sentó y se calló, y se tuvo que joder porque no quería, además de no poder existir, cobrar.

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