
Imagen tomada de Pinterest
Es impresionante la imprevisible fuerza de la Naturaleza. Es impresionante que unas placas tectónicas se muevan en las profundidades de la Tierra y provoquen grietas enormes en la superficie tragándose a su paso todo lo encuentre, ya sea edificios enormes o casas mata y, por supuesto, toda persona, animal o cosa que se encuentre en su radio de acción. Impresionante es que este movimiento tectónico se haya llevado miles de personas por delante. Ojo con la fuerza de la Naturaleza, siempre podrá con nosotros.
Impresionante es también la fuerza de la vida. Es impresionante como nace una nueva vida entre escombros y sobrevive algunos días, bajo el cemento, conectada a la vida, a través de su madre muerta, por el cordón umbilical que proveía a la recién nacida de oxígeno y nutrientes. Qué gran misterio es este de la vida. La existencia de esta niñita es un milagro de la fuerza de la vida.
Impresionante también el duelo, no de dolor sino de enfrentamiento, que se está dando entre el afamado literato Mario y la afamada influencer Isabel. La historia es fantástica, se está volviendo en una novela de esas que entretienen y divierten. Tiene todos los matices de una serie de esas que tanto enganchan de Netflix. Hay… rencor, interpretaciones, deslealtades, indignidades, falsedades, disimulos y el “pues tú”… Un show mucho más divertido que el otro show familiar y nacional de la empalagosa Tamara y su novio. Pues sí, quien nos iba a decir que está pareja tan chic, tan elegante y discreta, me refiero a Mario e Isabel tan avalados en su dignidad por una retahíla de premios literarios incluido el Nobel y por una sucesión de significativos matrimonios incluido marquesado, se fueran a tirar los trastos públicamente. Claro que con matices de señorío e intelecto, sin llegar a lo Rociito o Belén Esteban.
A lo que voy. Creo que a Isabel se le han cruzado los cables y está actuando con mucho despecho. ¿Qué le habrá hecho Mario para que se revuelva de esta manera tan poco digna como ventilar intimidades para quedar por encima del Nobel?, pienso que el irse a su casa, o el irse de su casa, que es lo mismo. Es curioso las dos formas tan diferentes de esta contienda. Isabel va a degüello, directa al grano, en el medio más significativo y prestigioso en cuestión de chismes sociales, que es además la plataforma social que la tiene contratada en exclusiva y por la que saca grandes rendimientos. Evidentemente me refiero a la revista Hola. Que si Mario le hace escenas de celos, que si fue ella la que le echó a Mario de su casa, que si ella trataba a Mario como un príncipe con mayordomo particular, peluquero, esteticién…, que si le preparaban su desayuno especial, que si le tenía que arropar por las noches… Con todas estas manifestaciones, aparte de desquitarse de su ‘humillacion’ de ser abandonada, le resuelve su economía y humilla al contrario.
Y digo humillación porque hasta ahora en todos sus affaires amorosos, ha sido ella la que ha dado el paso de dejar a uno por otro, por lo que entiendo que esta nueva fórmula de que sea ella la ninguneada no le haya sentado nada bien y le cueste asumir.
Por su parte Mario, se ha posicionado mucho más digno en este duelo. Él no ha dado una sola réplica, creo que tan sólo dijo que lo de los celos no era verdad, pero sus hijos se han encargado de apostillar sutilmente su dignidad. A los dos días de atacar la Presley en el Hola el hijo de Vargas Llosa filma a su padre cómodamente sentado en un sillón en su casa de París leyendo muy satisfecho un pasaje de la primera edición de Madame Bovary ( historia de una mujer hermosa que desea profundamente el amor romántico, la riqueza y el estatus social y finalmente acaba con su vida). Una puesta en escena intelectual con sutil mensaje inteligente de padre e hijo como respuesta a las ofensivas palabras de la socialité.
Ella se revuelve y ataca de nuevo. Habla de una carta privada. La familia Llosa la niega. Ella saca la carta para que se publique entera, con foto de la carta manuscrita para demostrar que la carta existe. Feo, feo, feo, muy feo, muy poco digno. La tribu Llosa cierra filas en torno al padre y no dicen, sólo muestran fotos de toda la familia contenta y feliz, comiendo perdices , hablando en tertulias, reunidos en Paris, por supuesto con Patricia, la mujer de toda la vida de Mario. Todos van a asistir a la ceremonia en Paris de la toma de posesión del sillón 18 de la Real Academia de la Lengua francesa. Un acto de importante relevancia intelectual y social al que acudirán todos con exmujer incluida, y hasta el Emérito, nuestro exrey abudabí, pero no Isabel, claro. Qué gran desazón para ella perderse una exposición personal tan importante internacionalmente.
Quedarse fuera de este trascendental acto en Paris parece que le ha alterado en algo su dignidad y por tanto los nervios, y ha vuelto a la carga atacando. Extrapola unas frases del cuento Los Vientos que Vargas Llosa publicó sin pena ni gloria hace dos años y que ahora se le está dando en los medios un significado muy personal. Isabel no solo se siente atacada sino que siente que el escritor ataca a su pequeña Tamara porque en un momento del relato el escritor menciona las islas Marquesas (cree que se mete con el marquesado de su hija y que se ríe de ella) o porque en otro contexto dice en un párrafo que “La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor de Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa".
La socialité está fuera de control. Dudo que haya leído el cuento de Los vientos. Pienso que se está dejando llevar por su ‘mal perder’ al quedar fuera del escenario intelectual Vargas Losa que le completaba su prestigio y, para canalizar su rabia, se hace eco de los que azuzan sus emociones con esas frases sacadas de contexto. Dice refiriéndose a su querida Tamara: "Meterla en todo esto me parece caer muy bajo” y pierde los papeles y se revuelve y anuncia uñas: "No me voy a quedar callada si se meten con mis hijos, con ninguno de ellos", mientras los Varga Llosa están a lo suyo contentos y felices en Paris.
Ante tanto escándalo con el cuento de Los vientos decidí leerlo para tener mi propia impresión, y he de confesar que no lo he podido acabar. El cuento me ha parecido tremendamente aburrido. El tema de los vientos a los que se refiere Mario no son ‘poéticos vientos del norte’, son las continuas y repetitivas, hasta la saciedad, ventosidades que el anciano protagonista va dejando escapar a lo largo del relato mientras va sacando temas en un soliloquio lleno de tópicos. En medio de tanto monólogo van apareciendo esas frases que han extrapolado los medios y que se adjudican a la ‘mala baba’ de Mario para ridiculizar a la impecable Isabel y su prole. Leyéndolo no me lleva a pensar para nada en una crítica de la vida de su pareja. Francamente resulta un poco raro que viviendo con tu pareja trates de ridiculizarla públicamente.
Mario ha negado tajante que el cuento tenga que ver con madre e hija y yo le creo. Le creo porque un escritor se nutre de lo que tiene alrededor para escribir, sobre todo cuando escribe sin parar y saca y saca novelas y cuentos. ¿De dónde va a nutrirse? pues de lo que tiene alrededor, de lo que está viviendo. Pero el hecho de que utilice cosas o hable de cosas que alguien se puede adjudicar no quiere decir que estén escritas con esa intención. Me explico, hace poco escribí en este medio una columna que un amigo interpretó que mis palabras iban dirigidas a él y dio muchas vueltas en su cabeza al ‘mensaje dirigido’ hasta que se animó a contarme cómo se sentía por ello. Yo me quedé muy sorprendida porque en ningún momento había pensado en esta persona cuando escribí aquello. Y no es la primera vez que me pasa que piensen que escribo por o para alguien. No está mal, sino todo lo contrario, que los lectores se identifiquen con la lectura, eso es uno de los objetivos del escritor, pero de ahí a sentirse protagonista del pensamiento del autor, no, nada que ver, esa es otra cuestión. Por eso entiendo muy bien a Mario que haya utilizado herramientas para su relato que no son lo que en este caso piensan muchos, que son dardos envenenados para sus allegados, o lo que piensan los propios allegados, que va dirigidos a ellos. Voy a echar mano de un dicho que viene al caso “El que se pica ajos come”.
De todas maneras, este culebrón es interesante por ser quienes son, porque hay literatura por medio y sutileza inteligente de respuestas utilizando aquello de una imagen vale más que mil palabras frente a pataleta mediática con venta de intimidades. Dos maneras muy diferentes de afrontar la afrenta. La venganza está servida. El duelo puede que acabe de empezar. ¿Quién dará y cómo será la última estocada?
Ni Netflix, ni HBO, ni Amazon Prime, Isabel y Mario (y Patricia) en vivo y en directo.
O témpora o mores