
“En esta hambruna impuesta
esqueléticos lamentos
deambulan la calle sin esperanza
comparsa de ríos sordos
sembrando monólogos de nieve”
Una desproporcionada tormenta geomagnética azotó al planeta durante un mes.
Según la Organización Meteorológica Mundial en sus siglas OMM y la National Aeronautics and Space Administration, NASA, ha sido un evento sin precedentes en la historia de la humanidad, considerando que las tormentas de ese tipo conjugan su poderío en períodos de minutos a horas provocando una fuerte disminución de la fuerza de la magnetosfera de la Tierra durante su duración.
Luego de semanas de arduo trabajo, las Organizaciones Internacionales reunidas a propósito de la emergencia, coordinaron esfuerzos logrando restablecer algunos sistemas de comunicación poniéndolos en funcionamiento aunque la mayoría quedaron irreparables. En las pocas emisoras que todavía estaban en el aire, la información era la misma, la repetición del incidente puntualizando que este tipo de fenómenos afectan los equipos eléctricos lo cual significa que las ondas de descarga eléctrica repercuten en los cables de transmisión de energía, generando cortocircuitos y averías en los diversos sistemas y redes de distribución energética.
…pero la población no estaba nada interesada en conocer los pormenores técnicos del asunto, necesitaban rápidas soluciones ante el caos generalizado que había paralizado a la existencia envolviéndola entre apagones, incendios, inundaciones, incomunicación absoluta, ordenadores quemados, aislamientos colectivo y lo peor, sin móviles. Necesitaban urgentemente retornar a su antes.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) se estaba enfrentando al mayor conflicto desde de su creación en 1945 y la Organización Mundial de la Salud, estaba atiborrada de complicadísimas coyunturas sanitarias a consecuencia de la tormenta.
Como se trataba de una anomalía sin antecedentes conocidos, ni los más experimentados científicos tenían idea del origen, magnitud y repercusiones que implicaba lo acontecido. Por ese motivo, la ONU, la OMS, Presidentes y cuanta institución de valía existiese, enviaron a un emisario con una carta dirigida reconocidísimo científico Rodión Románovich Raskólnikov suplicándole formalmente más que solicitándole, su preciada colaboración ante la dimensión del cataclismo. El comunicado debía ser entregado en sus propias manos.
El doctor Raskólnikov era considerado el investigador más importante del XXI, insigne y excéntrico personaje retirado del contacto social directo, mente privilegiada comparada frecuentemente con Einstein, con un coeficiente intelectual a lo Newton de 190 puntos. Artísticamente creativo, mágico con el violín al cual le dedicaba largas horas de ensimismamiento pero a nivel social, un personaje misterioso que se recluyó por voluntad propia en una lejana cabaña distante del asfalto, extraviado en turbulenta montaña negándose a continuar participando de la jerga social, conglomeración de agujeros bípedos a los que consideraba una asquerosa desgracia. Sin luz, sin agua corriente, alimentándose de su propio huerto, rodeado de libros que releía constantemente y escribiendo en su diario a puño y letra a la luz de una vela, herramienta iluminada que él mismo elaboraba con la savia extraída de un árbol milenario que colindaba con el sembradío.
Mantenía contacto con determinados estudiosos por medio de correos tradicionales y eventualmente, publicaba en prestigiosas revistas científicas. Mensualmente, venía un joven, Julián, prodigioso estudiante de Ciencias a buscar la correspondencia que posteriormente, tramitaba en Correos. Esos momentos ante el científico los consideraba la reunión más gratificante de toda su vida, tomaban té, compartían inquietudes, afinidades; en cierto sentido, Julián le recordada a sí mismo cuando apenas se iniciaba en los senderos de la ciencia y todavía, tenía fe en la humanidad. Poseían una especie de juego, antes de despedirse, intercambiaban libros con la condición de que ambos se los leyeran en un mes para luego comentarlos disfrutando del té antes de que su pupilo, partiera con la correspondencia en caso de que la hubiere.
Luego de analizar el comunicado, tomó la decisión de colaborar siempre y cuando le permitiesen, previamente, una entrevista televisiva en horario estelar con la popular periodista Esperanza a secas.
Al enterrarse del prerrequisito, Esperanza se sintió en la gloria porque ese científico no concedía entrevistas de ningún tipo, era un genial ermitaño. Únicamente se le podían enviar cuestionarios y él tenía la potestad absoluta de decidir qué responder y qué no. En realidad, al recibirlos, simplemente los arrugaba y los quemaba en su chimenea.
El hecho de que la hubiese seleccionado a ella la colmó de orgullo desmedido; además, esa entrevista culminaría en un ascenso donde ella pondría las condiciones y eso hizo nada más al enterarse de que el científico quería que lo entrevistara. Era la gran oportunidad que había estado aguardando y no la dejaría escapar. Firmó un sustancioso contrato y coordinó el encuentro. Ella, Esperanza, tendría la exclusiva más ansiada por cualquier medio de comunicación, entrevistar al Einstein del XXI.
El doctor llegó puntualmente vestido de etiqueta como si fuese a casarse con una millonaria. Ese detalle le produjo carcajadas internas, eso de andar escondido durante tanto tiempo le había deformado las más elementales normas de protocolo.
Luego de los saludos de cortesía y agradecer su presencia en el programa, Esperanza asumió el rango de entrevistadora pero antes de que comenzara a dirigir el diálogo, Raskólnikov comenzó a hablar dejando a atónita a Esperanza.
—He venido con la finalidad de transmitir que para comprender la proporción de lo que está acaeciendo, es indispensable asimilar a la mayor brevedad que solo compenetrándose e interiorizando la siguiente premisa, “Vita edax loquentes in cervice veteri” será posible superar el conflicto emocional que conlleva la nueva realidad.
La periodista se quedó perpleja ¡Qué manera de comenzar! Estaba entre ofendida, herida e iracunda ¿Cómo se le ocurría iniciar la entrevista obviando que ese procedimiento le correspondía exclusivamente a ella? Reflexionó en sus profundos adentros a medida que divagaba sobre el posible significado de la alocución temiendo que lanzara un quién sabe qué por esa boca porque además de genio, el doctor tenía fama de loco y no quería destrozar al programa más grandioso de su vida confundiéndolo con un satírico sanatorio. Igual, no le quedaba otra que preguntar de qué iba el asunto.
Raskólnikov, luego de exhalar sus eruditas expresiones, esbozó una irónica sonrisa. Sabía por experiencia que inmediatamente, vendría la inevitable pregunta sobre el significado de sus codificados enigmas.
Resulta que el incomprensible aforismo “Vita edax loquentes in cervice veteri” significaba “Devorar es hablar con rigidez en el cuello” ¿…?. Después de unos segundos de silencio, Esperanza intentó conducir la entrevista hacia otro rumbo en el sentido de indagar sobre temas que pudiesen tener algún interés amarillista en medio del desastre mundial que transitaba su plena ebullición; no obstante, el científico al parecer, tenía otras prioridades ¡Increíble! Ante el sin parangón de la devastación y él hablando en latín. Hasta para ella que era un témpano sin alma, el doctor emanaba un nivel superior de cinismo.
—Doctor —Retomó profesionalmente Esperanza—Sería interesante escuchar en términos accesibles a la mayoría, una recapitulación de lo que ha sucedido y cuándo se estima, podríamos retornar al menos, a una situación relativamente normal y digo “normal” sin pretender que en pocos días habremos de sobreponernos entendiendo la trascendencia de la tragedia.
Un nubarrón de recuerdos insanos la invadió como si mil dagas le atravesaran la memoria. Rememoró a aquellos arrogantes que se divirtieron a costa suya durante el bachillerato motivo por el cual siempre evadía pronunciar a su apellido, causa del espeluznante bullying que sufrió durante su adolescencia, Esperanza “Ligereza” y eso de ligereza lo tomaban literalmente para sus burlas punzantes tildándola de “piernas ligeras” “Túnel libre” “Autovía sin peaje” “Coño en oferta” y demás epítetos humillantes; paradoja contradiciendo su genuina condición de alumna sobresaliente concentrada de lleno en los estudios. De pocos amigos ya que lo del bullying se propagó como pólvora y hasta las chicas se habían unido al festín porque al existir un chivo expiatorio, se salvaban de ser en sí mismas, centro de tan sádicas y despectivas degradaciones. El bullying la despedazó emocionalmente pero intelectualmente, moldeó a una mujer instruida, fría periodista muy sagaz a quien le dieron la hora estelar del noticiario. Ahora iba por más.
—Hemos sobrevivido, si es que se puede hablar de ese término, a una tormenta geomagnética —puntualizó Raskólnikov a medida que estiraba el cuello como una jirafa —Es una alteración de la magnetósfera terrestre producida por una onda de choque de viento solar y/o una eyección de masa coronal que interactúa con el campo magnético terrestre. El incremento en la presión del viento solar inicialmente comprime la magnetosfera y…
—Doctor —Lo detuvo rápidamente Esperanza —Sin duda es muy interesante en términos científicos la “magistral” explicación que está exponiendo digna para una auditorio de calificados investigadores; no obstante, la motivación esencial de este programa es llevar a los espectadores un poco de calma; por ejemplo, si usted cree que volverá a repetirse este lamentable evento, qué medidas se podrían tomar, si habrá repercusiones en el organismo físico, es decir, reciprocidad entre la ciencia y la necesidad humanitaria.
—En cuanto a repetirse, no volverá a suceder, una tormenta similar a esta ocurrió cuando los dinosaurios dominaban al planeta. Medidas como tales, las mismas que se indican para toda tragedia, punto de unión en los organismos internacionales que han aunado todos sus esfuerzos para asistir a la población más afectada. Respecto a las repercusiones en los seres vivos, como no se ha visto nada semejante en la historia reciente, científicos “expertos” en la temática han coincidido en extrapolar las conocidas así sea en el caso de tormentas que comparadas con esta, han sido pasajeras. Desde que existe el Sol se han suscitado tormentas magnéticas pero como ya he resaltado, ninguna similar. Cuando hablamos de largas exposiciones a frecuencias más altas, los pensamientos y el comportamiento en general sufren cambios significativos desde el pensamiento en sí a la conducta se ven afectadas drásticamente. La revista New Scientist, publicó una investigación referida a la conexión directa entre las tormentas solares y sus repercusiones físicas en el cuerpo; allí, es pertinente resaltar que el sistema nervioso central, la actividad cerebral, perciben modificaciones a nivel psicofisiológico, es decir, las funciones psicofisiológicas mentales, procesos racionales, emocionales pasan por un período de trastornamiento generalizado, sistémico y siendo sincero con la audiencia, hay que estar conscientes de que…
—¿Podría citar algunos ejemplos concretos? —atajó antes de que terminara la idea intentando detenerlo.
—Por supuesto —enfatizó el Doctor con evidentemente desagradado —es desconcertante que los humanos tengamos la costumbre de no querer ver y siempre optemos por la evasión. Por supuesto que le puedo dar ejemplos ya que los solicita. Se puede presentar nerviosismo, rigidez muscular, ansiedad, angustia, sobre preocupación, inestabilidad corporal, problemas de memoria, patologías cardiovasculares como presión arterial elevada, incluso, trastornos mentales y hasta sordera. Evaluado el conjunto de los acontecimientos es cuando la cita “Vita edax loquentes in cervice veteri” clarifica al núcleo de los sucesos. Lo relevante no es la traducción literal del latín al castellano, sino la interpretación detrás de la terminología porque…
¡Otra vez! pensó Esperanza. Velozmente, cambió el tema con el fin de concentrarse en sus objetivos periodísticos y lucirse ante los directivos del canal y por supuesto, supremacía dedicada a sus visuales oyentes
—…y ¿Por qué “sordera”? —repitió mecánicamente desesperada por diluir a la perseverante cita en latín.
—Un estudio realizado por The International Institute of Physico-magnetic phenomena analizó a un grupo de pacientes expuestos a radiaciones similares durante la Segunda Guerra Mundial y todos había quedado sordos entre otras consecuencias peores pero ya que lo que más le ha llamado la atención ha sido la sordera, la complazco.
—Considerando la magnitud de lo ocurrido ¿Estaríamos ante un ensordecimiento masivo en la sociedad ya que la tormenta ha afectado al mundo entero?
—Discúlpeme pero es la tercera vez que cito lo mismo, tenemos que interiorizar al “Vita edax loquentes in cervice veteri” si es que queremos terminar decorosamente sumidos en las más sutiles condiciones emocionales ante las inevitables e impostergables consecuencias de esta tormenta.
Esperanza se enfureció. Si el doctor pretendía conducir la entrevista reduciéndola a una máxima en latín no se lo iba a permitir.
—Doctor, no niego que su cita sea valiosa pero sin pretender ofenderlo y considerando que en este instante soy mediadora entre los televidentes, la convulsionada realidad y la ciencia como apoyo sociocultural en este revuelo tan terrible para la humanidad y recordándole que usted solicito esta entrevista, insisto, lo relevante es plantear soluciones no hablar en latín; así que, por favor, le agradezco que nos ubiquemos y pensemos en los millones de seres humanos en este instante están pasando fuertes penurias —Esperanza sintió un fortísimo dolor de cabeza, rigidez en el cuello, temblores, inestabilidad y una angustia aterradora al ver como los labios del doctor se movían pero ella, no escuchaba absolutamente nada, impactada, se levantó para caer desvanecida.
Al recobrar el conocimiento, el doctor la miró fijamente, le puso un papel en las manos y la ayudó a sentarse. Esperanza lo tomó haciendo un esfuerzo sobre natural como si estuviese cargando una tonelada de piedras. Se estaba asfixiando.
En puño y letra de Raskólnikov estaba escrito: “Finalmente ha entendido en carne viva qué significa “Vita edax loquentes in cervice veteri”, ya no es necesario que se lo interprete. La “civilización”, si es que se puede llamar así, ha llegado a su fin. Ningún ser ni humano, animal o vegetal puede sobrevivir a una tormenta como la que ha ocurrido pero usted, tan ególatra, no me dejó desarrollar mis conocimientos en la ingenua ilusión de que superaríamos semejante exposición geomagnética y posteriormente, sería idolatrada. Por si no se ha enterado, su programa habrá sido, quizás, visto y escuchado por algunos o puede que por ninguno. En este momento, absolutamente todos, si ya no están muertos, están agonizando como lo está haciendo usted ahora mismo. Respecto a mí, socialmente ya estaba enterrado”.
“Hervirán las pieles aturdidas
el sueño reptil de la sordera
y sudorosos ahogos
torcerán sus muecas
vitoreando tan complacientes
al festín de los vencidos”
Scarlet Cabrera
+ There are no comments
Add yours