
La cólera destruye el paisaje. Las dunas se desmoronan los cactos se desintegran la niebla emborrona mi amanecer pero yo sigo avanzando entre el lodo y la ofuscación para enfrentarme a mi rival más temido El clamor de los guerreros se aleja los caballos relinchan extenuados los cuerpos se esparcen ensangrentados. sobre los campos arrasados es duro, muy duro, el escenario después de la batalla Cierro los ojos recuesto mi cansancio en el regazo de tus arenas mis manos están manchadas de sangre tu sangre la mía las dos muy unidas las dos fusionadas como nuestra lucha como nuestro amor manchado de sangre Sangre indefensa sangre humana roja oscura enardecida siempre manchada derramada como el rocío del alba sangre inmolada sangre descuartizada sangre mucha sangre inocente siempre en batalla La sangre derramada la sangre manchada siempre manchada de sangre las manos manchadas de sangre la tuya la mía la nuestra las dos muy unidas las dos fusionadas como nuestra lucha como nuestro amor manchado de sangre Marga Clark – del poemario: Campo de batalla, 2010
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