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El cine mágico de Eliseo Subiela— By Volfredo

Eliseo Subiela (1944- 2016) fue un director de cine y guionista argentino de origen humilde y posiciones políticas progresistas desde muy joven; que lo llevaron a militar en las filas la Juventud Peronista, y la organización guerrillera argentina de izquierda, conocida como Montoneros.
Su infancia estuvo marcada por oscuridades y tristezas, pues su padre sufría del corazón y evitaba a toda costa demostrar cualquier emoción; mientras que su madre era atacada por constantes e intensos dolores de cabeza, que la obligaban a mantener la casa en tinieblas y evitar la luz.
Subiela recibió desde muy joven la influencia del cine, a través de filmes como “Crónica de un niño solo”, de Leonardo Favio; “La mujer del zapatero”, de Armando Bó, y “Los ratones”, de Francisco Vasallo. En 1985 Subiela estrena “Hombre mirando al Sudeste”, cinta con la que obtiene un enorme reconocimiento popular y artístico. El filme se convirtió en un clásico de la cinematografía argentina y es considerado, en la actualidad, su obra más consagrada.
Otros grandes éxitos del público y la crítica llegaron con posterioridad; “El lado oscuro del corazón” (1992), película que combina poesía, amor y humor, y ganó el Cóndor de Plata al mejor director; el Gran Premio en el Festival de Montreal y el Premio del Público en el Festival de Sitges Rantés comienza a crear disturbios apoyado por en retos de los enfermos que le siguen con determinación, razón por la cual le aplican grandes dosis progresivas de sedantes, que al final provocan su muerte sin dar tiempo a que se esclarezca el misterio de su identidad.
Beatriz Dick (Inés Verdugo), es una mujer joven igualmente misteriosa, que viene con frecuencia a visitar a Rantés, al que conoció cuando hizo un trabajo para una iglesia. Conocida por “La Santa” le cuesta fingir, mientras trata de justificar sus cambios de identidad, mediante el cambio frecuente y a escondidas de sus zapatos.
La película es una dramática obra de ciencia ficción, que plantea cuestiones filosóficas y existenciales sobre la condición humana, la locura, la espiritualidad y la poesía, que pueden ser interpretadas de forma diferente. Para algunos, representa una alegoría sobre la búsqueda del sentido y trascendencia de la vida en un mundo hostil y absurdo. Rantés sería una figura mesiánica, que viene a iluminar y sanar a los que sufren, pero a la vez es rechazado y perseguido por los que se sienten amenazados por su revelador mensaje; mientras que el doctor Denis representa la razón científica, que enfrenta al misterio y el milagro, y debe elegir entre creer o negar. Entre ello se sitúa Beatriz, personaje que represente la conexión entre locura y ciencia, y se erige como un símbolo del amor, única fuerza capaz de conectar lo divino con lo humano.
Otras interpretaciones despojan a Rantés de su papel mesiánico y objetivaban la película, limitándola a una reflexión sobre la locura y la normalidad, y sobre los límites entre la realidad y la fantasía. Rantés sería un loco genial, que inventa una historia fantástica para escapar de su dolor y soledad. El doctor Denis sería un hombre normal, que se deja seducir por la imaginación y la poesía, y que termina cuestionando su propia cordura, por último, Beatriz es la mujer enferma, que encuentra en Rantés un compañero de sueños y de esperanza. Esta interpretación, realmente cautivadora y mágica, satisface con mucho nuestras expectativas personales.
Toca ahora preguntarme: ¿Por qué considerar el cine de ficción de “Hombre mirando al sudeste” como la obra maestra del realismo mágico americano?; género cinematográfico que cuenta con reconocidísimos cineastas y escritores en la región El realismo mágico es un género literario y artístico que mezcla con total naturalidad y credibilidad elementos fantásticos o sobrenaturales con la realidad, creando un efecto de extrañamiento en el espectador, gracias a la ruptura de las fronteras entre lo real y lo imaginario, entre lo posible y lo imposible, entre lo cotidiano y lo extraordinario.
La película combina de forma exitosa, elementos de ciencia ficción, drama, misterio y filosofía, logrando generar una atmósfera de fascinación y desconcierto que el espectador disfruta ampliamente.
Subiela utiliza elementos contundentes del realismo mágico en los que basa su éxito, como la escena en que Rantés toca el Himno a la Alegría con una flauta en el patio del hospital, y los demás pacientes se unen a él cantando y bailando, mientras el doctor Denis observa atónito desde su ventana. Esta escena muestra el contraste entre el mundo gris y opresivo del hospital y el mundo luminoso y liberador de Rantés, así como su capacidad para comunicarse con los demás a través de la música.
La escena en que Rantés cuenta con naturalidad al doctor Denis que viene de otro planeta, que tiene una nave espacial oculta en el cementerio, y que puede viajar por el espacio-tiempo; es una secuencia de gran impacto mágico y realista. De esta forma, la película analiza la ruptura de las leyes físicas y lógicas que rigen la realidad humana, y brinda la posibilidad de acceder a otras dimensiones desconocidas, dejando la imaginación libre a todo tipo de interpretaciones, desde las más materiales a la francamente idealistas.
La secuencia donde Rantés, enseña al doctor Denis, como prueba de sus identidades múltiples, un conjunto de fotografías antiguas donde aparece junto a un grupo de personas en una fiesta; demuestra la fusión de diferentes planos temporales, y nos hace pensar en la posibilidad de las varias vidas, en diferentes lugares y épocas, que Rantés afirma haber vivido, al tiempo que observamos a un orate alucinado, pero convincente al punto, de hacernos reconocer sus delirios como posibles. En una ocasión, Rantés asegura al doctor Denis que su verdadero nombre es Cristo Forastero, y que ha venido a salvar a los hombres de su propia locura; logrado así demostrar mediante recursos mágicos, la conexión entre el relato bíblico de Jesucristo y el relato cinematográfico de Rantés, al tiempo que establece una fuerte analogía entre ambos personajes y sus respectivas misiones.
Subiela se vale de la muerte de Rantés, cuando este es asesinado por un guardia del hospital, mientras el doctor Denis intenta rescatarlo, para establecer la crítica social y política a la violencia, la intolerancia y el autoritarismo que imperan en la sociedad actual, mientras idealiza el sacrificio de Rantés, como un acto de amor y esperanza a semejanza del Mesías crucificado.
“Hombre mirando al sudeste” es una película que muestra al desnudo la problemática de los conflictos humanos, desde la visión real y mágica de un excelente director harto de las narrativas convencionales, y siempre dispuesto a abordar nuestro entorno físico desde el realismo mágico americano: original, complejo y profundo, en su forma de explorar los límites de la realidad y la percepción humana.
Descargar “Hombre mirando al Sudeste” gratis en el siguiente enlace: Hombre mirando al Sudeste: https://t.me/cinemario/10660
En “Despabílate amor” (1996), el ya mundialmente reconocido Eliseo Subiela, aborda la crisis existencial de un hombre maduro que se enamora de una joven. La película obtuvo dos premios en el Festival de Cine Latinoamericano de Lima: el premio Viajes y Cultura y el premio del Jurado de la Juventud.
Subiela recibió múltiples lauros y reconocimientos durante su exitosa carrera artística, entre ellos el Premio Konex/Diploma al Mérito de la Fundación Konex en 1991, como uno de los «5 mejores Directores de Cine de la década 1981-1990» en la Argentina y nuevamente; en 1994 como uno de los 5 mejores Guionistas. Fue nombrado “Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa” en 1990 y miembro honorario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España en 1995. Excelente educador y promotor, Subiela es reconocido por su desempeño como formador de numerosos cineastas argentinos, gracias a la fundación que lleva su nombre “Escuela Profesional de Cine y Arte Audiovisuales Eliseo Subiela”, fundada en 1994.
La historia de “Hombre mirando al sudeste”, se desarrolla alrededor del triángulo amoroso entre el Dr. Julio Denis, Beatriz y Rantés; carnal entre los primeros, delirante y alucinada entre los segundos.

Imagen de “Hombre mirando al Sudeste”. Rantés realiza sus investigaciones en cerebros humanos en el laboratorio de patología del hospital. El doctor Julio Denis (Lorenzo Quinteros), es el protagonista de esta historia. Él es un siquiatra frustrado que ya no confía en su profesión, y piensa que el manicomio es una especie de puerta al infierno. Esto queda de manifiesto en la obertura de la película, donde su voz en off nos introduce a un mundo triste. Su panorama es poco alentador, es un hombre divorciado, que sufre observando las imágenes de antiguos videos familiares, que proyecta en la pared de la sala de su casa durante las noches, mientras toca el saxofón.
Rantés (Hugo Soto), en un aparecido sin antecedentes personales ni huellas digitales registradas. Nadie sabe quién es ni de dónde procede. Ingresa voluntariamente al hospital psiquiátrico, con el supuesto delirio de ser un extraterrestre enviado a la Tierra a cumplir una misión. Cada tarde, permanece parado y ensimismado en sí, en el patio de la institución, oteando el firmamento en dirección sudeste, mientras envía y recibe información y mandatos de sus congéneres extraterrestres.
Los internos del hospital comienzan a seguirlo como si fuera la encarnación terrenal de Jesús; mientras, Rantés, desarrolla una habilidad musical extraordinaria y su propia forma de escritura, un sistema de jeroglíficos y símbolos personales, que pueden ser o no extraterrestres. Durante horas trabaja de forma voluntaria en el laboratorio de patología del hospital envuelto en el misterio, mientras diseca e investiga cerebros humanos.
El blog de lo Real Maravilloso
Luego de mucho andar a grandes y agitados paso por ese laberinto de sucesos que se llama vida, pude percatarme que la realidad percibida tal cual es, resulta cruda, sofocante y en ocasiones cruel. La realidad sin mitos se nos muestra huérfana y solo se hace creíblemente agradable al observador cuando un grupo de anécdotas, leyendas, y retazos de historias, reales o mágicas, la acompañan. Es entonces cuando la Giraldilla que identifica nuestro blog se hace famosa, no por su posición privilegiada en lo más alto de la atalaya de uno de los más emblemáticos castillos de la Habana, no, es por la leyenda que sitúa su imagen oteando el horizonte, es espera de su amado esposo, que partió de viaje y nunca regresó.
Realidad, historia, leyenda y magia, gravitan como aureola alrededor de cada suceso. Así se define el Realismo Mágico y esa es la razón de nuestras páginas.
Nota: Eliseo Subiela (Buenos Aires, 27 de diciembre de 1944-San Isidro, 25 de diciembre de 2016). Destacado director de cine y guionista argentino. Comenzó a filmar a los 17 años y en 1968, ya se desempeñaba como director creativo en la agencia Radiux Publicidad, donde realizó sus primeros filmes de carácter comercial. http://volfredo.com

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